Esta frase de mi maestra Mª Gemma Sáenz (Gemka), se me quedó grabada desde la primera vez que la escuché hace muchos años.
Porque la vida es la que nos enseña, nos moldea, nos pule, nos hace crecer y madurar hasta acercarnos más y más a nuestras verdaderas capacidades y recursos para vivir.
Pero a veces, en determinados momentos, nos sentimos bloqueados, con miedo, angustia y no sabemos qué hacer para salir de ahí, para avanzar, para contactar de nuevo con las ganas de vivir, con la alegría y el disfrute de nuestra vida.
Cada paciente-cliente que acude a mi consulta trae sus conflictos y, al mismo tiempo trae su solución, solo que todavía no lo sabe. Y lo que yo puedo hacer, es ayudar a esa persona a descubrirlo en un ambiente terapéutico de seguridad, confidencialidad y no juicio.
¿Cómo se realiza este descubrimiento? Mediante la palabra en la consulta, para liberar y reorganizar los problemas, y con ejercicios sencillos para casa que aportan independencia y poder sobre el propio proceso personal.
Cada instante en nuestra vida es una oportunidad de cambio, de crecimiento y de ilusión.
La Terapia Real es la Vida
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